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Un reportero se hizo pasar por empresario de burdeles y desnudó el espeso mundo donde se mezclan jugadores del Real Madrid, inmigrantes ilegales y niñas mexicanas. Y plata, glamorosa y decadente plata. La más glamorosa de las estrellas puede llegar a costar 25 millones de las antiguas pesetas
Abajo Nuria Bermúdez, quien se acostó con medio Real Madrid y Yola Berrocal, una de las siliconadas chicas de la farándula española.
El tipo ya se las había mandado con un reportaje a los rapados skinheads españoles; se introdujo en su mundo haciéndose pasar por uno de ellos, y si no es por la policía que le alertó que preparaban una emboscada en su contra para matarle, estaría bajo tierra. El exitoso libro "Diario de un Skin" fue el resultado.
Por el peligro que reviste su periodismo extremo, usa un seudónimo para publicar sus libros: Antonio Salas. Y he aquí otra de Antonio. Enfundado en otra falsa identidad arriesgó el pellejo inmiscuyéndose en el sórdido mundillo de la prostitución, desde la callejera hasta la universitaria, pasando por la high society.
El diario "El Mundo" publicó extractos de esta última variante, donde se mezclan futbolistas de nivel galáctico, políticos y las más hermosas muchachas que aparecen en la pantalla, como cantantes, famosillas de 15 segundos de un comercial y presentadoras de la televisión. Resultado: "El año que trafiqué con mujeres", una obra de 350 páginas que promete causar urticaria en la sociedad española.
Lo más desolador en que le tocó participar, cuenta Salas, fue una negociación para comprar a una chiquilla rumana de 19 años y a una media docena de niñas indígenas mexicanas, todas vírgenes.
Para llegar a este mercado, el periodista se hizo pasar por un acaudalado empresario de la prostitución. Premunido de este cartel y de una imprescindible elocuencia, se ganó la confianza de más de alguna meretriz y de otros tantos empresarios que se fueron de lengua.
Por ejemplo, conoció a una espectacular rumana llamada Priscila que, aburrida de sus jefes, quería enrolarse con él. "La rumana acudió a la cita de la mano del putero, a bordo del espectacular descapotable rojo que le había regalado un conocidísimo empresario del mundo del espectáculo madrileño, encaprichado por los favores sexuales de la impresionante rubia con las t*t*s de Yola Berrocal", una chica de la farándula, según cuenta Salas.
Para entrar en confianza, el periodista recurrió a sus recuerdos de viajes a Rumania y la entusiasmó hablándole de su gastronomía o historia o música de su patria; estrategia que usó para doblegar la resistencia de las prostitutas ilegales en España, que suman el 90% del total.
Priscila le relató, por ejemplo, que entre sus clientes hay destacados abogados, toreros, empresarios y deportistas de Madrid y Barcelona. "Me contaba divertida, en una de nuestras últimas entrevistas, poco después de que la controvertida Nuria Bermúdez (en la foto) declarara, en verano de 2003, que se había acostado con media plantilla del Real Madrid, que ella misma, Priscila, y muchas de sus compañeras habían hecho lo mismo mucho antes que la Bermúdez", relata Salas.
Ante su cámara oculta, la rumana le confeso además que, en una agencia, había sido colega de cantantes, actrices y presentadoras famosas de España, que ejercían la profesión en absoluto secreto.
Priscila cobraba 150 mil pesetas. "Esto fue hace tres años. El precio mínimo eran 150.000 pesetas y la chica más cara eran seis millones. La más cara era M.S.", reveló la rumana. M.S. es un conocida presentadora de la televisión española.
Un empresario barcelonés, llamado Manuel, le largó a Salas el listado de las que se habían encamado con él. Entre ellas estaba una top model, de esas que desfilan en las pasarelas Gaudí, Milán o Cibeles y modelo del año; "o una conocida presentadora de televisión, improvisada náufraga en una isla", agregó el comerciante.
Y explicó las razones de la variación de los precios, a pesar de que todas las chicas de este nivel son parecidas en belleza: "Mira, una tía como Priscila, reconocerás que es una mujer espectacular. Pues una como ella puede costar de 100.000 a 150.000 pesetas el polvo. Pero si aparece como portada de "Interviú", "MAN", "Cosmopolitan" o cualquier otra revista importante, ya podría cobrar más. No sé, 200.000 ó 250.000. Pero si sale en televisión, ahí es cuando realmente empieza a tener morbo".
Una de ellas puede costar 300 a 500 mil pesetas. Las famosas de verdad de la TV no bajan del millón. Y las estrellas, por ejemplo, que hayan participado en una película de éxito, pueden pedir hasta seis millones por su cuerpo.
Fuente: Debes estar logueado para poder ver los enlaces.
Supongo que, como lo de los skinheads o la gran mentira del famoseo, acabará saliendo en TV
