NACIONALISMO CATALÁN.
Josep Bargalló califica también el mestizaje como "negativo".
La clase política nacionalista catalana se ha caracterizado por lanzar subliminales mensajes racistas y xenófobos –sean de izquierdas o de derechas–.
26 de agosto. Hace apenas unos días fue el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, quien declaró que el "mestizaje podría ser el fin de Cataluña", y ayer el conseller en cap de la Generalitat catalana, el republicano Josep Bargalló, dio un evidente "visto bueno" a dichas declaraciones al afirmar que "no hay que plantear la asimilación plena de la gente que llega, sino la integración" de los inmigrantes, pero hay que "exigir también el derecho a no ser asimilados por la gente que llega o por otras culturas o sociedades que lo pretendan". "Si el mestizaje no comporta asimilación es positivo, pero si la comporta es absolutamente negativo", afirmó.
Esto no es ninguna novedad, ya que la clase política nacionalista catalana se ha caracterizado por lanzar subliminales mensajes racistas y xenófobos –sean de izquierdas o de derechas–; la diferencia es que ahora aprovechan el fenómeno de la inmigración para justificar dichas consideraciones.
Hay antecedentes que así lo confirman, recordemos si no las declaraciones de la esposa de Pujol, Marta Ferrusola, y en las que aseguró que "la inmigración que ahora llega tiene una religión y una cultura distinta y (además) quieren que se respete". Expresando también sus temores de que la inmigración actual aprenda únicamente el castellano y se sume a la masa de andaluces y extremeños: "Esa gente sabe hablar el catalán muy bien y no hay que ceder ni así", dijo, palabras que aderezó con una anécdota de la infancia de sus hijos, asegurando que cuando los llevaba al parque, los pequeños comentaban: "Hoy no puedo jugar, madre, todos los niños son castellanos".
El escándalo fue mayúsculo, y se incrementó aún más cuando los máximos responsables de la Generalitat por aquel entonces justificaron las declaraciones de Ferrusola. Primero lo hizo Artur Mas –sucesor oficial de Pujol y ex conseller en cap–, quien disculpó a la "primera dama" argumentando que sus ideas "son compartidas por miles de personas".
Después le tocó el turno al propio Pujol, quien defendió el derecho a opinar de su consorte con el mismo argumento que su delfín: "Lo que piensa Marta Ferrusola es lo que piensan la mayoría de ciudadanos".
Pero, como dice un "castizo" refrán, "dos que duermen en el mismo colchón son de la misma condición" –o algo por el estilo–, y son por todos conocidas las opiniones al respecto del propio Pujol, que no se ha cortado ni un pelo al verterlas en sus libros.
Y cuando aún estaban presentes estas declaraciones en la mente de los ciudadanos, salta a la palestra Heribert Barrera (ERC), con motivo de la publicación del libro Qué pensa Heribert Barrera, plagado de manifestaciones racistas y xenófobas. Obra que, por cierto, Pujol se empeñó en presentar, aunque finalmente no pudo ser pues la editorial decidió suspender la presentación.
Por aquel entonces ERC, en palabras de su portavoz parlamentario, Josep Huguet, aseguró que las ideas de su ex presidente sobre los peligros de la inmigración para la identidad catalana eran "opiniones personales" que "no se corresponden con las posiciones del partido". Excepto las de Bargalló, visto lo visto.
Y Pasqual Maragall, en la oposición, simplemente se mostró "sorprendido" de que Barrera, un político al que "tanto aprecia", pueda defender estas tesis.
Tal vez sería que desconocían un oscuro episodio de la juventud de Barrera, quien, según diversas fuentes, impulsó durante el exilio en Francia la toma de contactos con los nazis para explorar la posibilidad de crear un Estado catalán en el marco del Nuevo Orden, que, al parecer, Josep Tarradellas cortó en seco.
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Hace apenas unos días fue el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, quien declaró que el "mestizaje podría ser el fin de Cataluña", y ayer el conseller en cap de la Generalitat catalana, el republicano Josep Bargalló, dio un evidente "visto bueno" a dichas declaraciones al afirmar que "no hay que plantear la asimilación plena de la gente que llega, sino la integración" de los inmigrantes, pero hay que "exigir también el derecho a no ser asimilados por la gente que llega o por otras culturas o sociedades que lo pretendan". "Si el mestizaje no comporta asimilación es positivo, pero si la comporta es absolutamente negativo", afirmó.... Tristísimo.
Nacionalistas catalanes lanzan mensajes xenófobos y racistas
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